Daba igual la altura desde la que cayera o cómo fuera el golpe… Que como mucho saltaba alguna pieza de la carcasa. Es más, ¿cuántos padres le han dejado el móvil a sus hijos pequeños un momento para que dejaran de llorar, sin miedo a que se rompiera? Sin embargo, esto ya no es así, y ahora es mucho más sencillo que un smartphone se rompa con una caída de lo más simple: basta que sea un mal golpe, por ejemplo con la pantalla hacia abajo, o darnos contra alguna esquina mientras lo llevamos en el bolsillo.
Cuando los primeros móviles surgieron, éstos eran de gran tamaño y poco estéticos: era parte de la evolución tecnológica.
Poco a poco, conforme mejoraban los componentes electrónicos estos iban reduciendo su tamaño, llevando a un mercado que sólo buscaba una cosa: el móvil más pequeño posible. Todo lo demás, se consideraba un ladrillo. Sin embargo, el tiempo pasó, y cuando llegamos al mínimo tamaño posible de repente apareció el dispositivo táctil, y cada vez es más importante que el tamaño lo más grande posible, justo todo lo contrario que hasta entonces. Ya lo único que importaba era hacerlos cada vez más grandes, si bien siguen compitiendo por el dispositivo más delgado. Pasábamos así de comparar los móviles con ladrillos, a poder hacerlo ahora con azulejos.
¿Quién no ha tenido un móvil con antena externa? Antiguamente era, tecnológicamente hablando, casi imposible tener un móvil sin una antena externa del mismo para tener una buena señal. De hecho, los móviles sin dicha antena se cotizaban al alza ya que se consideraba un extra estético. Hoy día podemos ver la importancia del diseño y la apariencia de nuestro smartphone, pero a pesar de los fabricantes y lo que cambian, todos tienen algo en común: la antena no tiene cabida ya. Es parte del cuerpo del dispositivo.
Antes no teníamos el acceso a Internet que tenemos hoy desde nuestros móviles, ni la capacidad en cantidad de datos ni velocidad. Por eso, tener receptor de radio FM podía presentarse como clave para elegir uno u otro dispositivo, pues nos servía para olvidarnos de tener que usar una radio aparte o un reproductor MP3 con radio. Pero Internet llegó, evolucionó y revoluciono, con lo que la tendencia de los usuarios hacia la red y el streaming permitió que los fabricantes de móviles pensaran en ahorrar en material y espacio suprimiendo en la mayoría de sus dispositivos, tal como hiciera Samsung en su Galaxy S4. Esto llevó también a que los desarrolladores se lanzaran a crear una gran cantidad de apps para escuchar la radio de forma online, abriendo así un nuevo mercado de aplicaciones y terminado de enterrar al receptor de radio FM. Pero, ¿la echarías de menos en situaciones que no tengas acceso a Internet, como puede ser zonas sin cobertura o en países extranjeros sin roaming?
En los móviles antiguos las baterías no cobraban la importancia que cobran hoy día, pues antes no debían alimentar los procesadores de hoy ni tampoco las pantallas tan grandes y con tanta resolución. Por ello, era frecuente ver cómo la batería podía durar varios días en casi cualquier dispositivo. A pesar de eso, muchos usuarios acababan teniendo una segunda batería, la cual se cambiaba de una forma tan sencilla como era quitar la parte trasera de la carcasa y reemplazar una por otra, lo que nos daba entre tres y cinco días mas de batería. Pero entonces la evolución de los móviles hacia las carcasas unibody trajo consigo la complejidad a la hora de cambiar las baterías (incluso en algunos modelos llegando a ser imposible). Y el colmo era que las baterías cada vez duraban menos entre carga y carga, debido a los nuevos componentes electrónicos. El siguiente pasó fue el concepto de batería externa (o funda con batería), pero ésta no era como la de antaño (reemplazar una por otra). Ésta consiste en conectar a nuestro móvil otra batería la cual estará recargando la batería original de la misma.
Hay veces que hemos de reconocer que la humanidad puede llegar a ser incomprensible. Cuando empezó el boom de los móviles, ¿quién no recuerda la cantidad de publicidad que recibíamos para conseguir una determinada canción en nuestro móvil? Previo pago claro, y no precisamente poco, pues si leíamos la letra pequeña podía llegar a costar hasta varios euros. Pero, a pesar de todo ello, eran muchas las personas que acababan comprando algún politono. Después, la llegada del smartphone trajo consigo el hecho de poder hacer cosas que hasta entonces no podíamos hacer con el dispositivo. Y una fue poder asignar un tono por defecto del móvil o incluso incluir nuestro propio MP3 como tono. Pero, ¿qué ocurrió? Ahora es mucho más frecuente ver a la gente con el tono por defecto en el dispositivo que con uno particular. ¿O no habéis pensado alguna vez que sonaba vuestro móvil y era el de otra persona en el mismo sitio?
Antiguamente no teníamos disponible el acceso a internet de hoy en día, ni a aplicaciones como WhatsApp o similares. Esto nos llevaba a tener que utilizar los SMS como opción de comunicación. En España un SMS solía costar unos 0.18€ más IVA, con lo que en los caracteres limitados que teníamos disponibles éramos capaces de escribir muchísimo contenido, respetando muy poco a la RAE. Pero aun así las personas buscaron la forma de ahorrar dinero, y se utilizaba el toque (hacer una llamada muy corta para que el otro usuario tuviera una llamada perdida nuestra). Así acordarse de alguien era tan sólo darle un toque (o estar muy aburrido). Es cierto que esa funcionalidad sigue disponible, así como el SMS o MMS, pero ¿quién la utiliza ya teniendo tantísimas formas de comunicación como tenemos?
Sí, es cierto que hoy día tenemos infinidad de juegos disponibles para descargar. También es cierto que tenemos el juego de la serpiente disponible en Google Play. Pero al igual que en PC podemos encontrar juegos clásicos sin importar la tecnología, jugar al juego de la serpiente original, el que podíamos encontrar en nuestro Nokia, eso es algo mítico. Algo que ninguna aplicación podría igualar para los más sentimentales. Por cierto, si nunca habéis completado el snake o simplemente pensáis que es imposible acabarlo, aquí os dejamos un pequeño vídeo.
Y con esto terminamos, pues algunos estamos ya con las lágrimas saltadas.